jueves, 12 de abril de 2018

Trazos imperfectos

Te cuento,
los segundos que faltaron aquel día, 
y los que nos sobran hoy. 
Las risas que me diste y las que yo te robé. 

Y no espero, 
mas que el afán que cada día tiene, 
y nada más. 

¿Nada?



Miento,
te he mentido desde esta primera línea que te escribo. 

No nos faltó nada, 
si acaso, 
carecíamos entonces de la perspectiva que hoy tenemos 
al ver, 
mucho de aquello, 
realizado. 

El tiempo, 
que sentí escapar entre mis dedos cada noche. 

Aquél "ahora o nunca" que parecía no querer decantarse, 
un "quizá" con el que volvernos locos.



En vano.



Te cuento, 
los días que pasaron desde entonces, 
las risas que me dieron y que diste, 
que robamos y robaron.
Y todo aquello que esperamos, 
luchamos, 
batallamos en campo abierto 
ayer, hoy.

Mañana.



Te lo escribo en unas líneas y ya me dirás, 
o no... 
No importa. 
Hace tiempo que mi mente dejó de atesorar "quizás".

Te dibujo, 
más libre, 
más sereno, 
más auténtico, 
más hombre, 
más tú. 

Apenas los trazos descubren tu rostro, 
mas, 
se percibe una mirada paciente e intelectual detrás, 
de unas lentes que portas ya hace años  
después de dejarte la vista en esos mil 
(y un)
libros que cada domingo ojeabas en la cuesta de Moyano.

Apenas, se adivina tu superficie, 
sobre ese lienzo DIN A4 en que mi mente hace el boceto, 
y sin embargo, 
no puedo imaginar mejor continente 
para ese contenido 
tan perfectamente imperfecto que derrochas. 

- ¿Y por qué no perfecto? Puestos a dibujar...




Callo y te pienso,
¿por qué no perfecto?

Por muchas razones,
pienso,
pero sólo me atrevo a decir dos en voz alta.

- Porque ni la perfección me parece bella, ni sabría cómo amarla.



PD: Primer amago de poesía en el blog. A escribir se aprende escribiendo! ;)