domingo, 1 de marzo de 2015

Y no te confundas.

La gente no sabe estar sola, es una conclusión a la que hace mucho tiempo llegué con un par de amigas tratando de comprender por qué Fulanita se había vuelto a ver metida en una relación en la que claramente estaba por aburrimiento.
 
 
 
La gente no sabe estar sola, no se quiere a sí misma o no se soporta. O, sencillamente, aún no ha tenido el tiempo o el valor de conocerse. Hay quien prefiere colgarse del brazo del primero que te dice cuatro cosas bonitas y te hace caso. Hay quien prefiere jugar, porque ¿qué es el amor sino un juego?
 
Pero no, en el momento en que no fuiste tú quien repartió cartas sino que lo hicieron por ti, el día en que en lugar de mover tú los hilos fuiste la marioneta, ese día lo supiste: y es que el amor lo es todo, salvo un juego.
 
Y dices "te quiero" sin sentirlo, tal vez por la necesidad de que te lo digan de vuelta, aún cuando no sea verdad. Y juegas, juegas por venganza, aburrimiento, ideales que te has creado, las prisas por crecer o el egoísmo de recibir. Juegas, jugamos. Eso es lo que hacemos, pero no amamos. No me digas que estás enamorada, no me digas que te has enamorado, no lo digas si no es verdad. No desvirtúes una palabra que tanto simboliza. ¿Ves a esos abuelos en el parque? ¿A esos matrimonios felices de tu entorno? Eso es amor. ¿Te atreves a decirme que lo tuyo es querer? Quieres que te quieran, pero yo te pregunto, ¿acaso quieres querer? ¿acaso te has atrevido a intentarlo? ¿has descubierto ya por qué el amor entraña valor? ¿Por qué se dice que amor es sacrificio?
 
"No hay varias clases de amor sino una sola, amar es mirar los dos en la misma dirección." (Antoine de Saint-Exupéry)
 
- La gente no sabe estar sola, no sabe disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece día a día. De los amigos y de la familia, de nuestros propios retos y metas. Yo creo que no saben que hacer con su vida, y deciden entretenerse con la del resto, vaciando todo de significado.-me dice una amiga- Al final me dan hasta pena, por ir a lo fácil te pierdes lo mejor, al final es lo de siempre.-añade indignada.

- ¡Lo que no entiendo son las ganas que tiene la gente de complicarse!-añade otra.
 
 
Y yo pienso en esos días de sol y en una tarde entre libros. En las noches de sofá, y de cervezas con amigos, de paseos por la playa, de conversaciones interesantes, de conferencias que enriquecen, y de música que emociona. Los días de no hacer nada y los días en que el tiempo escapa. Los días buenos y los días malos. Los días malísimos. Pienso ser "para otros" y no "para nosotros mismos". En que puedes y debes compartir todo esto con quien quieres. Pero que también puedes  y debes ser tú, no necesitas esconderte tras otra persona. Pienso que complicarse la vida está muy bien, elegir con quién hacerlo es importante, y tener un motivo grande es lo que da sentido a esa complicación.
 
Pero no, tú prefieres jugar, que es más cómodo y sencillo. Sin pararte a pensar en sus consecuencias, no sólo para ti sino para los que te rodean. Y, piensa que tú, ésa que clama por la autenticidad, tal vez estés llamando a las cosas por su antónimo. Porque amar es dar, siempre lo fue y siempre será. Y no te confundas y llames amor al beso buscado y robado sin más motivo que la propia vanidad. Y no te confundas y llames amor a regalos tri-pensados si no sabes dar tu tiempo, si no sabes ceder, si no callas para escuchar y verdaderamente comprender a aquel que te tiende la mano o que exiges que te la tienda.  No te confundas, no digas que es amor si no es servicio. Y no lo llames amor si aquél no te hace mejor ni te inspira a ser mejor. Hay muchas formas de llamar a eso, te puede gustar, te puede hacer gracia, te puede hacer tilín, se me ocurren mil formas cursis y no cursis para decir que te gusta estar con una persona, pero eso no significa necesariamente que quieras a esa persona.
Así que hazte un favor, si no la quieres, no lo digas. Pero si la quieres, díselo.
 
Y, por favor, no te confundas, no lo llames amor. No dejes escapar te quieros baratos, no manipules para ser tú quien reciba. No te confundas, no lo llames amor, no lo disfraces, no te escondas, o terminarás por creértelo. Porque entonces, el día menos pensado, cuando te preguntes qué es amor, no sabrás la respuesta.